Para explorar y conocer el sur del estado de Quintana Roo, el sitio ideal como base de operaciones es Chetumal. Su ubicación geográfica en el centro de la región y junto a la desembocadura del fronterizo río Hondo es inmejorable: todas las rutas que aquí presentamos comienzan a menos de hora y media de camino de la ciudad. Además, Chetumal cuenta con todos los servicios de una ciudad grande, y muy pronto el aeropuerto y algunas de las vialidades que se encuentran ahora en ampliación, vendrán a confirmarlo. Pero aparte de sus ventajas estratégicas, Chetumal es una ciudad con una personalidad muy propia: moderna, risueña y relajada. Los rincones dignos de una visita son muchos más de lo que podría pensarse, desde sus variados monumentos art déco, hasta sus museos y su espléndido malecón. Más allá de sus valiosos alrededores, Chetumal, sin duda, amerita el viaje.
Planteamos el recorrido por Chetumal en dos trayectos. Primero seguimos la línea costera por el boulevard Bahía, donde se distribuye buena parte de los monumentos y sitios más atractivos de la ciudad. Después nos desplazamos unas cuadras tierra adentro por las calles del viejo Chetumal, para conocer sus museos. Llegar a Chetumal y moverse dentro de ella no tiene ninguna dificultad. Al poniente de la ciudad está la autopista de cuatro carriles, que conecta a la ciudad con el resto del país a través de las carreteras 30 (con dirección a Cancún) y 186 (rumbo a Escárcega). La ciudad se localiza al norte y poniente de la bahía de Chetumal. Calles y avenidas son suficientemente amplias y no suelen faltar los señalamientos. Desplazarse de un extremo a otro de la ciudad en taxi cuesta menos de cien pesos. Fuera de los calores del verano, sin embargo, la parte más céntrica —del boulevard Bahía al Museo de la Cultura Maya y del Parque Renacimiento al Faro— bien puede recorrerse a pie.
Explanada de la bandera y parque del Renacimiento
Por el poniente, la ciudad y la bahía de Chetumal reciben al visitante con esta agradable explanada dotada de jardines y bancas. En su centro se levanta una gran escultura llamada “Renacimiento”, que recuerda la terrible furia del huracán Janet. El 27 de septiembre de 1955 este meteoro azotó con tal fuerza que prácticamente destruyó la ciudad y causó la muerte de unos ochocientos de sus ocho mil habitantes. El fenómeno se convirtió en un doloroso parteaguas histórico, y todavía hoy los chetumaleños suelen referirse al pasado local en términos de “antes del Janet” y “después del Janet”. A un costado del parque se encuentra un gran centro comercial y la nueva marina de Villas Manatí. Unos metros al oriente también se ubica el Palacio de Justicia, sede del poder judicial estatal. El parque marca el inicio por el extremo poniente del boulevard costero Bahía.
Recuerdo del huracán Janet en el Parque del Renacimiento. Al oriente del Palacio de Justicia, sobre el boulevard Bahía, se llega al cruce de la avenida Héroes, donde se levanta el Palacio de Gobierno, sede del poder ejecutivo del estado, edificado entre 1936 y 1955.
Casi enfrente, en medio de una zona arbolada, se abre esta explanada con un monumento a la bandera y una enorme asta. El monumento es un enorme obelisco con un reloj en cada uno de sus cuatro lados. A sus pies, un par de águilas doradas flanquean un pedestal sobre el que se levanta una escultura alusiva a la defensa de la patria. El combativo conjunto es una clara expresión del año en que fue erigido, 1943, durante la Segunda Guerra Mundial y aún bajo el predominio estilístico del art déco. Este obelisco marca de algún modo el centro de la ciudad. Algo más al sur, sobre las aguas de la bahía de Chetumal, se extiende el Muelle Fiscal.
Mural realizado por Elio Carmichael Monumento a la bandera de claro en el Palacio Legislativo estilo art déco.
MAQUETA DE PAYO OBISPO
Al oriente del Obelisco, frente al cruce del boulevard Bahía y la calle 16 de Septiembre, surge de la bahía un zócalo cónico sobre el que se levanta el Monumento al Pescador. En seguida, también al oriente, se encuentra el Palacio Legislativo, sede del Congreso del Estado, que puede visitarse de lunes a viernes de 9:00 a 22:00 horas. El interior de este edificio está decorado con los inmensos murales Ley y Forma, color e historia de Quintana Roo, que se refieren a los orígenes y a la formación social de la entidad. Los murales son obra del pintor quintanarroense Elio Carmichael.
Aquí también, en el cruce del boulevard Bahía y Miguel Hidalgo, una vieja casita de madera aloja la famosa Maqueta de Payo Obispo “Luis Reinhardt McLiberty”. Esta maqueta fue realizada a partir de 1985 por Luis Reinhardt McLiberty, un artista nacido en esta ciudad en 1917 (y fallecido en 2004). La obra recrea el antiguo Chetumal, que originalmente se llamó Payo Obispo. Ahí, el visitante puede ver las coloridas casas de madera y las chozas con techo de hoja de palma estilo maya, que conformaban el antiguo asentamiento durante las primeras décadas del siglo XX. El lugar puede visitarse de martes a sábado de 8:00 a 20:00 horas, y el domingo de 9:00 a 14:00 horas. La entrada es libre.
Palacio Legislativo, que en su interior alberga interesante obra mural.
PARA CONOCER MÁS
Por su perfil arquitectónico, durante la primera mitad del siglo XX, Chetumal parecía más una ciudad de las Indias Occidentales inglesas que una urbe mexicana. La mayoría de sus casas eran construcciones de madera de brillantes colores y techos inclinados de lámina acanalada, como las que hay en Belice, Jamaica o las Bahamas. Muchas de estas casas sobreviven en distintos rincones de la ciudad. Sin embargo, un buen rumbo para encontrarlas es en las inmediaciones de la Maqueta de Payo Obispo (la cual está alojada en una de tales casas), aproximadamente en la zona comprendida entre el boulevard Bahía, por el sur, y las avenidas Álvaro Obregón (norte), Miguel Hidalgo (oriente) y Héroes (poniente).
El monumento al pescador surge de escondidas en cada rincón de Chetumal. Hermosos paisajes y sorpresas
la bahía como emblema de Chetumal.
CORREDOR ESCULTÓRICO DEL BOULEVARD BAHÍA.
Desde el Palacio Legislativo el boulevard Bahía continúa su trazo hacia el oriente. A poco menos de un kilómetro, tuerce junto con la costa hacia el norte y conduce al Faro de la ciudad, erigido en 1930. Junto al faro se encuentra la llamada Concha Acústica, una suerte de pequeño foro al aire libre donde
los domingos y días festivos suelen tocar bandas de música. A partir de ahí, los siguientes tres kilómetros del boulevard ostentan un Corredor Escultórico con
17 piezas de distintos artistas de gran renombre como Pedro Cervantes, José Luis Cuevas y Helen Escobedo (ahí también está un inconcluso Monumento al
Mestizaje, del famoso escultor Sebastián). Este tramo avanza siempre junto al mar y concluye en el cruce con la avenida Ignacio Comonfort, donde se localiza la glorieta con la Fuente de los Manatíes, que conmemora el decreto de octubre de 1996, declarando a la Bahía de Chetumal como santuario de estos raros mamíferos acuáticos. En adelante, el boulevard Bahía se convierte en la carretera que unos seis kilómetros más adelante, hacia el norte, conduce al balneario de Calderitas.
Corredor Escultórico, con obra de reconocidos artistas plásticos.
PARA CONOCER MÁS
A un costado de la Fuente de los Manatíes se encuentra la Universidad de Quintana Roo. Ahí se pueden visitar los distintos edificios y recintos que conforman su moderno campus inaugurado en 1993. Esta joven institución es uno de los pocos centros de estudios superiores en México que ofrece la licenciatura en Turismo Alternativo, una carrera particularmente útil en el estado.
MUSEO DE LA CIUDAD DE CHETUMAL
A unas siete calles del obelisco, sobre la avenida de los Héroes, esquina con Héroes de Chapultepec, se encuentra la ex Escuela Socialista Belisario Domínguez. Este edificio déco fue construido en 1939, durante el gobierno del presidente Lázaro Cárdenas. Ostenta peculiares bajorrelieves del artista colombiano Rómulo Rozo, quien combinó el estilo art déco, predominante en su época, con los glifos mayas, y creó estas raras estampas de la vida social de la península de Yucatán. El lugar funciona hoy como Centro Cultural de las Bellas Artes, con salones y espacios para talleres y cursos, librería y el magnífico auditorio al aire libre llamado Teatro Minerva. Esta ex escuela es además sede del Instituto Quintanarroense de la Cultura y alberga las colecciones del Museo de la Ciudad de Chetumal, que abre de martes a domingo de 9:00 a 19:00 horas.
Se trata de un museo pequeño, pero con sus seis salas bien montadas. En ellas presenta fotografías, diagramas, mapas, cuadros sinópticos, y algunos documentos y objetos históricos referentes a la fundación y desarrollo de Chetumal, una urbe con ya casi 110 años de vida. Una cuadra al poniente del museo, en la esquina de Juárez y Héroes de Chapultepec, se encuentra el Hospital Morelos, otro destacado edificio art déco ornamentado también por Rómulo Rozo y construido entre 1939 y 1940.
El Museo de la Ciudad de Chetumal muestra al visitante los momentos más significativos de su historia.
ATRÉVASE A PROBAR
Si usted visita Chetumal en domingo, recuerde que ese día aparecen múltiples puestos callejeros de sabrosa cochinita pibil. En otros días, lo que abunda con los puestos de agua de coco, sobre todo en el boulevard Bahía y las calles aledañas.
¿TIENE CALOR?
Una golosina clásica y deliciosa de Chetumal es el “machacado”, una suerte de raspado de hielo dulce. Se prepara con fruta natural, que puede ser plátano, piña, papaya, sandía, nanche o durazno; o bien con cebada, cacahuate u otras frutas secas. Encima se agrega leche condensada. El sitio más famoso para probarlo es en Pinocho, ubicado en la esquina de Morelos y Camelias.
MUSEO DE LA CULTURA MAYA
Palacios y templos reproducidos a escala en el Museo de la Cultura Maya.
Una cuadra al norte del Museo de la Ciudad, sobre la misma avenida Héroes se ubican el Mercado Altamirano y el monumento Alegoría del Mestizaje, erigido en 1981. Detrás de ellos, en la esquina de Héroes, y Mahatma Gandhi, está este otro museo que sin exhibir piezas arqueológicas de los antiguos mayas, logra una interesantísima exposición sobre su cultura. El truco radica en su excelente museografía, a cargo de Jorge Agostoni. Sin duda es uno de los sitios de visita obligada para cualquier viajero que esté en Chetumal. La cosmovisión maya es explicada mediante una reproducción de la ceiba sagrada: del mismo modo que este árbol funge como un Axis Mundi, que une el inframundo con nuestro mundo y con los cielos, la reproducción de este museo recorre de abajo hacia arriba los tres pisos del edificio. Para el pensamiento matemático, la medición del tiempo y la astronomía hay varios dispositivos interactivos que nos muestran las equivalencias de la notación maya con los números arábigos, la sofisticación de los antiguos cálculos y el engranaje de los distintos calendarios.
Extensas reproducciones en miniatura de varias de las ciudades del mundo maya se despliegan por debajo del piso de vidrio de la sala principal. Hay también grandes maquetas tanto de aspectos de la vida cotidiana como de importantes obras escultóricas. Otros muchos componentes de la sabiduría de este pueblo le son presentados al visitante a través de computadoras, monitores de televisión y otros muchos dispositivos de gran poder didáctico.
Museo de la Cultura Maya
En un patio adyacente hay una reproducción a escala natural de una vivienda maya con sus distintos elementos tradicionales. A parte, hay otros espacios para exposiciones temporales. El museo pertenece al Instituto Quintanarroense de la Cultura y fue inaugurado en 1993. Abre de martes a jueves y domingo, de 9:00 a 19:00 horas; viernes y sábado, de 9:00 a 20:00 horas. El domingo la entrada es libre para quienes se identifiquen como residentes de Quintana Roo.
UNA FRONTERA DESCONOCIDA
Uno podría suponer que el sur de Quintana Roo, donde inició el mestizaje que dio origen a los rasgos que distinguen a nuestro país, debería ser uno de los sitios mejor conocidos de México. Sin embargo, la región ha sido durante siglos una tierra de frontera, y hasta la fecha nos sigue deparando grandes sorpresas por todas las riquezas que esconde. Lo que ahora es el municipio de Othón P. Blanco y que corresponde a la parte sur del estado fue un territorio largamente ignorado durante el periodo virreinal. No fue sino hasta mediados del siglo XVIII, cuando la corona española finalmente se decidió a defenderlo de los piratas ingleses y construyó el enigmático fuerte de San Felipe Bacalar. Al siglo siguiente, la encarnizada rebelión de los mayas convirtió a la zona en un manchón oscuro y aparentemente despoblado del brillante mapa del país, hasta que, casi al llegar el
siglo XX, el presidente Porfirio Díaz se decidió a reintegrarla de nuevo al México civilizado. En 1893, México e Inglaterra firmaron un tratado que estableció los límites actuales con Belice. El desconocimiento de la zona era tal, que los negociadores mexicanos aceptaron que Cayo Ambergris o San Pedro (al que se refiere Madonna en su canción La isla bonita) era una isla aparte del territorio peninsular y se la cedieron a los ingleses. Hasta más tarde supieron que el canal que la separa de la península era artificial y de unos cuantos metros de ancho.
El 5 de mayo de 1898, un grupo de expedicionarios, comandado por el teniente Otón P. Blanco, fundó Payo Obispo, hoy Chetumal, un asentamiento modesto que en sus primeros meses de vida funcionó sobre todo como cuartel en la guerra contra el indio maya. Y aunque en 1901 la diminuta población se convirtió en capital del recientemente creado territorio de Quintana Roo, su nuevo rango no la hizo menos accesible. Durante décadas, la mejor manera de llegar a ésta fue en barco y, más tarde, en avión. Hasta los años setenta del siglo XX, con el establecimiento del estado de Quintana Roo y los desarrollos turísticos del norte de la entidad, llegaron las grandes carreteras.
Mascarón de Kohunlich Zona Arqueológica de Chacchoben.
DISTANCIAS DE CHETUMAL A
Oxtankah 16 km
Cancún 380 km
Mérida 413 km
México, D.F 1360 km
Guadalajara 1906 km
Monterrey 2091 km
Zona Libre de Belice 11 km
La Unión 111 km
Kohunlich 65 km
Bacalar 38 km
Mahahual 141 km
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